So you can read with pleasure as your guide

El Tratado de Marrakech: Impacto y Aplicación en Colombia

Equipo de Chibalete Editores

7/5/202415 min read

La importancia del Tratado de Marrakech según la OMPI

El Tratado de Marrakech, formalmente conocido como el Tratado de Marrakech para Facilitar el Acceso a las Obras Publicadas a las Personas Ciegas, con Discapacidad Visual o con otras Dificultades para Acceder al Texto Impreso, representa un avance significativo en el ámbito de los derechos de autor a nivel global. Este tratado, adoptado en el año 2013 bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), tiene como objetivo principal mejorar el acceso a materiales publicados para personas con discapacidades visuales y otras dificultades para leer textos impresos.

Según la OMPI, este tratado es fundamental porque responde a una necesidad global de igualdad de acceso a la información y la cultura. Las estadísticas son contundentes: se estima que menos del 10% de las obras publicadas están disponibles en formatos accesibles para personas con discapacidad visual. Este tratado busca corregir esta disparidad, proporcionando un marco legal internacional que facilita la creación y distribución de estos materiales.

Esa entidad también destaca que el Tratado de Marrakech tiene un enfoque claro en los derechos humanos, subrayando el derecho de todas las personas a participar en la vida cultural, disfrutar de las artes y compartir los beneficios del progreso científico. Este tratado no solo se enfoca en eliminar barreras legales, sino también en fomentar la cooperación internacional para ampliar el acceso a los libros, revistas, periódicos y otros materiales impresos.

Además, la OMPI resalta que el tratado impone obligaciones específicas a los países firmantes para adaptar sus legislaciones nacionales. Entre estas obligaciones se incluyen la creación de excepciones o limitaciones a los derechos de autor, permitiendo a las entidades autorizadas producir y distribuir copias en formatos accesibles sin requerir el permiso del titular de los derechos. Esta medida es crucial para aumentar el volumen de materiales disponibles en braille, audiolibros y otros formatos accesibles.

Otro aspecto clave es la promoción de la cooperación transfronteriza. El tratado facilita el intercambio internacional de materiales accesibles, permitiendo que una obra adaptada en un país pueda ser utilizada en otro sin necesidad de autorizaciones adicionales. Esto es especialmente importante en regiones donde la producción local de estos materiales es limitada, proporcionando una solución eficiente para mejorar el acceso global.

La OMPI considera que el Tratado de Marrakech es una herramienta esencial para cerrar la brecha de acceso a la información para las personas con discapacidad visual. Al fomentar la adaptación de legislaciones nacionales y la cooperación internacional, este tratado sienta las bases para una inclusión más amplia en la sociedad del conocimiento, reflejando un compromiso global con los principios de igualdad y derechos humanos.

A través de este tratado, la OMPI busca abordar una problemática de larga data conocida como "hambruna de libros", que afecta a millones de personas alrededor del mundo que tienen discapacidades visuales. Antes del Tratado de Marrakech, solo un pequeño porcentaje de los libros publicados estaba disponible en formatos accesibles como braille, audiolibros y textos electrónicos. Este acuerdo internacional establece un marco legal que permite la reproducción, distribución y puesta a disposición de obras publicadas en formatos accesibles sin necesidad de obtener el permiso del titular de los derechos de autor, siempre y cuando se respeten ciertas condiciones.

El contexto en el que se desarrolló el Tratado de Marrakech es fundamental para comprender su relevancia. La OMPI reconoce que el acceso a la información y al conocimiento es un derecho humano fundamental y que las barreras impuestas por los derechos de autor pueden limitar significativamente este acceso para las personas con discapacidades visuales. Por lo tanto, el tratado no solo tiene implicaciones legales, sino también sociales y culturales, ya que promueve la inclusión y la equidad en el acceso a la educación y la cultura.

En el sitio oficial de la OMPI, se destaca que el Tratado de Marrakech es un ejemplo de cómo la cooperación internacional puede generar soluciones prácticas a problemas complejos. El tratado ha sido ratificado por numerosos países, incluyendo Colombia, lo que demuestra un compromiso global para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidades visuales y garantizar su derecho a acceder a la información en igualdad de condiciones.

Alcance y comprensión del Tratado de Marrakech en la legislación colombiana

En Colombia, la implementación del Tratado de Marrakech ha sido un paso significativo hacia la inclusión y accesibilidad de las personas con discapacidad visual. La Ley 1915 de 2018, que incorpora el tratado en la legislación colombiana, establece las bases legales para que las obras literarias y artísticas puedan ser reproducidas, distribuidas y puestas a disposición en formatos accesibles sin necesidad de autorización del titular de los derechos.

La legislación colombiana destaca varios puntos clave del tratado. En primer lugar, reconoce el derecho de las personas con discapacidad visual a acceder a la cultura y la información en igualdad de condiciones. Esto se alinea con los principios establecidos en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por Colombia en 2011. La Ley 1915 de 2018 también establece un marco para que las entidades autorizadas, como bibliotecas y organizaciones sin fines de lucro, produzcan y distribuyan copias accesibles, garantizando así una mayor disponibilidad de materiales en formatos como braille, macrotipo y audiolibros.

Otro aspecto importante de la ley es la regulación del intercambio transfronterizo de obras en formatos accesibles. Colombia ha adoptado medidas para facilitar este intercambio, permitiendo que las obras adaptadas en otros países puedan ser utilizadas por personas con discapacidad visual en Colombia, y viceversa. Esta disposición es esencial para maximizar los recursos y garantizar que un mayor número de obras estén disponibles para quienes las necesitan.

La implementación del Tratado de Marrakech en Colombia también ha requerido la coordinación entre diversas instituciones públicas y privadas. El Ministerio de Cultura y la Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA) han desempeñado un papel fundamental en la promoción y supervisión de las disposiciones del tratado. Además, se han desarrollado programas y políticas para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la accesibilidad y los derechos de las personas con discapacidad visual.

En resumen, la incorporación del Tratado de Marrakech en la legislación colombiana representa un avance significativo hacia la equidad y la inclusión. A través de la Ley 1915 de 2018, Colombia no solo ha fortalecido su marco legal para la protección de los derechos de autor, sino que también ha dado un paso importante para garantizar el acceso a la cultura y la información para todos sus ciudadanos, independientemente de sus capacidades visuales.

Entendimiento del tratado por las instituciones colombianas: el caso del INCI

El Instituto Nacional para Ciegos (INCI) de Colombia ha sido una de las instituciones más activas en la implementación y promoción del Tratado de Marrakech. El INCI, como entidad encargada de velar por los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad visual en Colombia, ha adoptado diversas medidas para asegurar que los beneficios del tratado se materialicen en la vida cotidiana de estas personas.

Uno de los principales enfoques del INCI ha sido la sensibilización y educación sobre el Tratado de Marrakech. A través de seminarios, talleres y campañas de información, el instituto ha trabajado para que las entidades autorizadas, como bibliotecas y organizaciones no gubernamentales, comprendan plenamente las oportunidades y responsabilidades que el tratado conlleva. Estas actividades educativas no solo se dirigen a profesionales del sector, sino también a las personas con discapacidad visual y sus familias, asegurando que todos los actores involucrados estén bien informados y puedan aprovechar los beneficios del tratado.

El INCI también ha desempeñado un papel crucial en la producción y distribución de materiales accesibles. Gracias al Tratado de Marrakech y a la Ley 1915 de 2018, el instituto ha podido expandir sus programas de creación de libros en braille, audiolibros y otros formatos accesibles. Esta expansión ha sido posible no solo a nivel nacional, sino también a través de la cooperación internacional, permitiendo el intercambio de materiales con otros países que también son parte del tratado. Este esfuerzo ha resultado en un incremento significativo en la disponibilidad de obras accesibles, mejorando así el acceso a la educación y la cultura para las personas con discapacidad visual en Colombia.

En términos de infraestructura y tecnología, el INCI ha invertido en la modernización de sus instalaciones y en la adquisición de equipos avanzados para la producción de materiales accesibles. Esto incluye impresoras braille de alta capacidad, software de conversión de texto a voz y otros recursos tecnológicos que facilitan la creación y distribución de estos materiales. La adopción de nuevas tecnologías no solo ha mejorado la eficiencia de los procesos del INCI, sino que también ha permitido una mayor calidad en los productos finales, asegurando que las personas con discapacidad visual tengan acceso a materiales que sean tanto accesibles como agradables de usar.

Además, el INCI ha establecido alianzas estratégicas con otras instituciones públicas y privadas para fomentar la accesibilidad. Estas alianzas incluyen colaboraciones con universidades, bibliotecas y organizaciones internacionales, todas con el objetivo común de promover la inclusión y mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad visual. A través de estas alianzas, el INCI ha podido ampliar su alcance y asegurar que los beneficios del Tratado de Marrakech lleguen a una audiencia más amplia.

En resumen, el INCI ha sido fundamental en la implementación del Tratado de Marrakech en Colombia. A través de sus esfuerzos de sensibilización, producción de materiales accesibles, inversión en tecnología y establecimiento de alianzas estratégicas, el instituto ha asegurado que los derechos de las personas con discapacidad visual sean respetados y que tengan un acceso equitativo a la información y la cultura. Estos esfuerzos no solo reflejan un compromiso con los principios del tratado, sino también una dedicación continua a la mejora de la inclusión y la accesibilidad en la sociedad colombiana.

Análisis del alcance y viabilidad de la implementación del Tratado de Marrakech en Colombia

La implementación del Tratado de Marrakech en Colombia ha sido objeto de diversos análisis académicos y técnicos, que han evaluado tanto los alcances como los desafíos de esta iniciativa. Uno de estos análisis, realizado por la Universidad de la Costa (CUC), ofrece una visión detallada de cómo se ha desarrollado el proceso y cuáles son los puntos críticos que deben abordarse para asegurar su éxito a largo plazo.

El estudio de la CUC destaca varios aspectos positivos de la implementación del tratado. En primer lugar, reconoce los avances legislativos que Colombia ha logrado con la Ley 1915 de 2018, que adapta las disposiciones del tratado a la normativa nacional. Este marco legal es fundamental para garantizar que las excepciones y limitaciones al derecho de autor se apliquen correctamente, permitiendo la producción y distribución de obras en formatos accesibles sin necesidad de autorización del titular de los derechos.

Además, el análisis subraya la importancia de la cooperación internacional facilitada por el tratado. Gracias a las disposiciones que permiten el intercambio transfronterizo de materiales accesibles, Colombia ha podido acceder a una mayor cantidad de obras adaptadas, beneficiando directamente a las personas con discapacidad visual. Esta cooperación no solo amplía el acervo de obras disponibles, sino que también fomenta el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre los países miembros.

Sin embargo, el estudio también identifica varios desafíos que deben abordarse para mejorar la implementación del tratado. Uno de los principales retos es la falta de infraestructura y recursos tecnológicos en algunas regiones del país. Aunque instituciones como el INCI han realizado inversiones significativas en tecnología, muchas bibliotecas y organizaciones en zonas rurales aún carecen de los equipos necesarios para producir y distribuir materiales accesibles. Esta brecha tecnológica limita el alcance del tratado y requiere una atención urgente por parte del gobierno y las instituciones públicas.

Otro desafío importante es la necesidad de una mayor sensibilización y capacitación. Aunque se han realizado esfuerzos para educar a las entidades autorizadas y a las personas con discapacidad visual sobre el Tratado de Marrakech, todavía existe un desconocimiento considerable sobre sus beneficios y cómo aprovecharlos plenamente. Este problema se agrava en comunidades alejadas de los principales centros urbanos, donde el acceso a la información y la capacitación es más limitado.

El análisis también señala la importancia de desarrollar políticas públicas integrales que aborden de manera holística las necesidades de las personas con discapacidad visual. Esto incluye no solo la producción y distribución de materiales accesibles, sino también la promoción de la educación inclusiva, el acceso a la tecnología asistiva y la eliminación de barreras físicas y sociales que impiden la plena participación en la vida cultural y educativa.

En términos de viabilidad, el estudio de la CUC concluye que, aunque Colombia ha logrado avances significativos, todavía queda un largo camino por recorrer para asegurar que los beneficios del Tratado de Marrakech se materialicen plenamente. Esto requiere un compromiso continuo por parte del gobierno, las instituciones públicas y privadas, y la sociedad en general, para implementar las medidas necesarias y superar los obstáculos identificados.

En resumen, el análisis del alcance y la viabilidad de la implementación del Tratado de Marrakech en Colombia muestra un panorama mixto. Si bien se han logrado avances importantes en términos legislativos y de cooperación internacional, todavía existen desafíos significativos que deben abordarse para asegurar que todas las personas con discapacidad visual en el país puedan acceder a la información y la cultura en igualdad de condiciones.

Desafíos de la implementación del tratado y la delicadeza de realizar excepciones al derecho de autor en Colombia

La implementación del Tratado de Marrakech en Colombia representa un paso importante hacia la inclusión y la accesibilidad, pero también plantea varios desafíos que deben ser cuidadosamente gestionados. A través de los análisis y estudios revisados, se pueden extraer varias conclusiones sobre los retos y la delicadeza de realizar excepciones al derecho de autor en el contexto colombiano.

Uno de los desafíos más importantes es la necesidad de equilibrar los derechos de los titulares de derechos de autor con los derechos de las personas con discapacidad visual. Las excepciones y limitaciones al derecho de autor son esenciales para permitir la producción y distribución de materiales accesibles, pero deben ser aplicadas de manera que no desincentiven la creación y la inversión en obras literarias y artísticas. Este equilibrio es delicado y requiere una supervisión constante y ajustes legislativos cuando sea necesario.

Además, la implementación efectiva del tratado requiere una inversión significativa en infraestructura y tecnología. Muchas regiones de Colombia, especialmente las rurales, carecen de los recursos necesarios para producir y distribuir materiales accesibles. El gobierno y las instituciones públicas deben priorizar estas inversiones para asegurar que los beneficios del tratado lleguen a todas las personas con discapacidad visual, independientemente de su ubicación geográfica.

La sensibilización y la capacitación son otros aspectos cruciales. Es fundamental que tanto las entidades autorizadas como las personas con discapacidad visual y sus familias comprendan plenamente las disposiciones del tratado y cómo aprovecharlas. Esto implica desarrollar programas educativos y campañas de información continuas que lleguen a todas las regiones del país.

Otro reto significativo es la cooperación y coordinación entre las diversas instituciones involucradas en la implementación del tratado. La colaboración entre el Ministerio de Cultura, la DNDA, el INCI y otras entidades es esencial para desarrollar políticas coherentes y efectivas. Esta coordinación debe extenderse también a la cooperación internacional, aprovechando las oportunidades de intercambio de materiales accesibles y buenas prácticas con otros países miembros del tratado.

Finalmente, es crucial desarrollar un enfoque integral que aborde todas las barreras que enfrentan las personas con discapacidad visual. Esto incluye no solo la accesibilidad a los materiales impresos, sino también el acceso a la educación, la tecnología asistiva y la eliminación de barreras físicas y sociales. Un enfoque holístico garantizará que las personas con discapacidad visual puedan participar plenamente en la vida cultural y educativa del país.

En conclusión, la implementación del Tratado de Marrakech en Colombia presenta desafíos significativos, pero también ofrece una oportunidad invaluable para mejorar la inclusión y la accesibilidad. Es fundamental abordar estos retos con un enfoque integral y colaborativo, asegurando un equilibrio adecuado entre los derechos de los titulares de derechos de autor y las necesidades de las personas con discapacidad visual. Con un compromiso continuo y una inversión adecuada en infraestructura, tecnología y educación, Colombia puede avanzar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa, en la que todos sus ciudadanos tengan acceso a la cultura y la información en igualdad de condiciones.

¿Hay una oportunidad de las editoriales y autores para mejorar la accesibilidad?

En el contexto actual, donde la inclusión y la equidad son valores fundamentales en la sociedad, las editoriales y los autores tienen una oportunidad significativa para mejorar la accesibilidad de sus obras para personas con limitaciones visuales o auditivas. La incorporación de estándares de edición más exigentes no solo responde a una demanda ética, sino que también presenta ventajas competitivas importantes en un mercado cada vez más consciente de la diversidad y la inclusión.

Las editoriales pueden dar pasos significativos en esta dirección adoptando prácticas de edición que garanticen que sus publicaciones sean accesibles para todos. Esto incluye la producción de libros en braille, audiolibros, y versiones en macrotipo para personas con baja visión. También es crucial considerar la incorporación de descripciones de audio y subtítulos en publicaciones multimedia para personas con discapacidades auditivas. Al adoptar estos estándares, las editoriales no solo cumplen con una responsabilidad social, sino que también se posicionan como líderes en un mercado desatendido.

Por su parte, el estado avanza lentamente en la implementación de políticas y regulaciones que promuevan la accesibilidad en el sector editorial. Si bien se han realizado algunos esfuerzos, como la adopción del Tratado de Marrakech, la infraestructura y los recursos necesarios para una implementación efectiva aún son insuficientes. Este retraso presenta una oportunidad para que las editoriales y los autores tomen la iniciativa y lideren el cambio hacia una mayor accesibilidad.

La ventaja competitiva de ofrecer contenidos accesibles es significativa. Al dirigirse a un mercado desatendido, las editoriales pueden aumentar su base de clientes y fidelizar a un público que valora profundamente el acceso equitativo a la información y la cultura. Además, la accesibilidad no solo beneficia a las personas con discapacidades, sino que también puede mejorar la experiencia de todos los usuarios. Por ejemplo, los audiolibros son cada vez más populares entre personas sin discapacidad visual debido a su conveniencia y facilidad de uso.

Es importante destacar que mejorar la accesibilidad no compromete el derecho de autor. Las editoriales y los autores pueden superar lo que el estado ofrece en términos de accesibilidad sin infringir los derechos de propiedad intelectual. De hecho, al proporcionar versiones accesibles de sus obras, están ampliando su alcance y cumpliendo con su responsabilidad de garantizar que sus contenidos sean accesibles para todos.

Para lograr esto, es fundamental que tanto autores como editoriales se comprometan a ofrecer alternativas accesibles de manera proactiva. Esto puede implicar la colaboración con expertos en accesibilidad, la adopción de nuevas tecnologías y la participación en iniciativas de formación y sensibilización sobre la importancia de la accesibilidad. Además, las editoriales pueden trabajar en estrecha colaboración con organizaciones de personas con discapacidad para asegurarse de que sus necesidades sean adecuadamente atendidas.

Un ejemplo de buenas prácticas es la colaboración entre editoriales y bibliotecas que ya están trabajando en la producción de materiales accesibles. Las editoriales pueden aprovechar esta infraestructura existente para distribuir sus obras en formatos accesibles y llegar a un público más amplio. Asimismo, el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático puede facilitar la creación de versiones accesibles de manera más eficiente y a menor costo.

En resumen, la oportunidad para las editoriales y los autores de mejorar la accesibilidad de sus contenidos es inmensa. Al adoptar estándares de edición más exigentes y comprometerse con la inclusión, pueden no solo cumplir con una responsabilidad ética, sino también ganar una ventaja competitiva en un mercado en crecimiento. Es crucial que este compromiso se traduzca en acciones concretas para garantizar que todos, independientemente de sus capacidades, tengan acceso equitativo a la información y la cultura.

Conclusiones y perspectivas futuras

El Tratado de Marrakech ha tenido un impacto significativo en Colombia, mejorando el acceso a materiales impresos para personas con discapacidades visuales. Este tratado ha permitido la creación de un marco legal y operativo que facilita la producción y distribución de obras en formatos accesibles, beneficiando a una población históricamente marginada en el acceso a la información y la cultura.

Las iniciativas implementadas en Colombia han mostrado resultados positivos, pero todavía hay áreas que necesitan atención. La colaboración entre entidades gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado es esencial para maximizar el alcance y efectividad del tratado. El establecimiento de alianzas estratégicas puede acelerar el proceso de producción de materiales accesibles y garantizar su distribución equitativa en todo el país.

Mirando hacia el futuro, es fundamental fortalecer las capacidades locales para la producción de materiales accesibles. La capacitación de profesionales en técnicas de adaptación y la inversión en tecnología avanzada son pasos cruciales para asegurar que las obras estén disponibles en formatos accesibles de manera oportuna. Además, la sensibilización y educación de la sociedad sobre la importancia del acceso a la información para personas con discapacidades visuales puede contribuir a un cambio cultural y a una mayor inclusión.

El gobierno colombiano tiene un papel central en la promoción y supervisión de estas iniciativas. La implementación de políticas públicas que respalden el tratado, junto con la asignación de recursos adecuados, puede garantizar la sostenibilidad de los programas actuales y futuros. Asimismo, la sociedad civil debe continuar abogando por los derechos de las personas con discapacidades visuales, asegurando que sus voces sean escuchadas y sus necesidades atendidas.

En definitiva, aunque se han logrado avances significativos, el camino hacia una verdadera inclusión es continuo. El Tratado de Marrakech ofrece una base sólida, pero su éxito depende del compromiso y la colaboración constante de todos los actores involucrados. Con esfuerzos concertados, es posible construir una sociedad más inclusiva y equitativa para todos.