Sierra Nevada

En algún lugar de la Sierra Nevada de Santa Marta, allí donde el mar toca la montaña y la nieve guarda secretos milenarios, nace Yuma, una joven jaguar que inicia un viaje tan profundo como los ecosistemas que atraviesa. Su andar no es solo desplazamiento: es aprendizaje, escucha y transformación. Acompañar a Yuma significa recorrer con ella playas, selvas, ríos y cumbres nevadas, descubriendo en cada paso la trama invisible que sostiene la vida en uno de los territorios más diversos del planeta.

En este relato, Yuma no solo observa: interpreta huellas, escucha al viento, atiende las voces de las piedras y se convierte en parte del tejido vivo de la montaña. Así, el lector entra en contacto con un universo en el que todo está relacionado, donde cada elemento —un árbol, un ave, un río, una nube— es a la vez maestro y compañero.

Sierra Nevada no se limita a narrar un viaje natural. Es también un canto a las culturas ancestrales que han habitado y cuidado estas tierras, transmitiendo sus saberes a través de silencios, rituales y gestos que no necesitan palabras para ser comprendidos. El libro celebra esa relación espiritual con el territorio, recordándonos que la Sierra no es solo un lugar geográfico, sino un espacio de encuentro entre naturaleza, cultura y memoria.

Las ilustraciones, potentes y esenciales, acompañan el texto con un trazo que refleja tanto la fuerza de lo salvaje como la delicadeza de lo sagrado. Cada página se convierte en una invitación a detenernos, a mirar con otros ojos y a reconocer que la montaña respira con nosotros.

Este libro es también un llamado a la conservación. La Sierra Nevada de Santa Marta es reconocida como una de las áreas de mayor biodiversidad del mundo, pero enfrenta amenazas constantes por el cambio climático, la deforestación y la presión humana. La historia de Yuma recuerda a los lectores de todas las edades la urgencia de proteger este patrimonio natural y cultural, de cuidar lo que todavía permanece para que no se pierda como tantos paisajes ya desaparecidos.

En última instancia, Sierra Nevada es una obra que trasciende edades y fronteras. Una historia para guardar cerca del corazón, porque nos recuerda que cuidar de la montaña es también cuidar de nosotros mismos. Una lectura que, como la Sierra, nunca se termina: cada regreso revela nuevas huellas, nuevos silencios, nuevas maneras de existir.